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  • laeinoj

"Yo lo dejo cuando quiera" y otras mierdas que nos contamos a nosotros mismos

Iba a titular esta entrada como "¿Por qué decimos que dejamos el alcohol cuando queramos y al de un par de horas estamos rodando por el suelo con un kalimotxo en la mano?", pero me parecía demasiado. Sin embargo, me hubiese venido bien para presentar el tema que voy a tratar en esta entrada.


Si paramos a una persona aleatoria por la calle y le preguntamos si verdaderamente se siente libre, es probable que nos responda que sí. Al fin y al cabo, todos hemos experimentado situaciones en las que sentimos que elegimos hacer algo libremente: Voy a apuntarme a X grado porque quiero; voy a apuntarme al gimnasio porque quiero; voy a votar a X partido porque quiero (vete a votar el domingo)... Sin embargo, cuando tomamos esas decisiones, "libremente", no estamos siendo conscientes de todas las variables que pueden estar influyendo en la toma de esa decisión. Hablemos del determinismo y del libre albedrío.


Según la RAE el libre albedrío es la “potestad de obrar por reflexión y elección''. Y el determinismo, en cambio, es definido como la “doctrina según la cual todos los

acontecimientos, y en particular las acciones humanas, están unidos y determinados por la cadena de acontecimientos anteriores” ; es decir, viene a decir que hay una serie de factores que condicionan nuestro comportamiento (aunque no lo determinen) aún cuando no somos conscientes de ellos. Ahora bien, ¿Cuál es la postura más acertada según la ciencia?


Por supuesto, la respuesta variará en función de la definición que demos a la palabra <<libertad>>. Para mí libertad puede ser una cosa y para ti otra cosa diferente. No obstante, si nos basamos en la definición comúnmente más aceptada, como la de la RAE, podríamos llegar a la conclusión de que somos realmente libres. La RAE define la <<libertad>> como la "facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos". Ahora bien, si nos ponemos a indagar un poco nos encontramos con argumentos que podrían poner en duda lo que muchos entienden por <<libertad>>.





Lo mismo es que tu cerebro va más rápido que tu


En un estudio realizado por Libet se descubrió que existe la posibilidad de que el cerebro actúe y mande órdenes a las diferentes partes del cuerpo, antes siquiera de ser conscientes de ello (Libet B., 1983). De esta forma, antes de ser conscientes de la decisión que hemos tomado, nuestro organismo ya ha "decidido" por nosotros.


Este suceso fue probado mediante un experimento en el que los sujetos decían tener una “intención o decisión de moverse que aparecía de la nada”. Sin embargo, la realidad es que, mediante el uso de un electromiograma y un electroencefalograma se consiguió observar que todo acto voluntario libre parece ser iniciado "inconscientemente" mediante procesos neuronales, antes de que el

sujeto sea consciente de haber decidido realizar el acto libre; es decir, según este estudio primero actúas y luego, te inventas una explicación o una justificación de por qué has actuado de esa manera (Lombardi A., 2013). Por lo tanto, bajo esta premisa, ya podríamos empezar a poner trabas a la definición de <<libertad>> que he expuesto antes. No obstante, las evidencias no solo se encuentran en el campo neurocientífico, si no que también se encuentran en lo puramente psicológico.


Igual es que somos igual de simples que una ameba (aunque te joda pensarlo)


Esta muy bien lo de creerse superiores al resto de animales, pero igual habría que pararse a pensar por qué nos creemos tan superiores cuando estamos hechos de la misma materia y compartimos la gran mayoría de genes con otras especies animales. A ver si va a resultar que somos más simples de lo que pensamos...


Vale. Es posible que no seamos tan simples como una ameba, pero el título no lo he puesto por poner. Realmente si que compartimos algo con las amebas y con el resto de seres vivos. Incluso compartimos cosas en la manera de comportarnos con seres unicelulares. Las leyes del aprendizaje (De la Fuente et al., 2019). Estas, son universales y todos los seres vivos nos comportamos de acuerdo a ellas. Al igual que existen unas leyes en física, por ejemplo, también las hay en psicología.


Muchos son los autores, conductistas en su inmensa mayoría, que han defendido que “con respecto a tomar decisiones, hacemos una cosa y no otra, no porque tengamos "capacidad de decidir" o "libre albedrío", sino por las consecuencias que hemos obtenido en el pasado por decidir en forma igual o similar a como

lo hacemos ahora“ (Robinson, J.A. , 2003).


Pero, ¿implica esto que no podamos elegir o tomar decisiones? No, ni mucho menos. Implica que lo que elegimos o decidimos obedece a una serie de razones; en otras palabras, la opción de elegir entre varias opciones si existe. Sin embargo, muchas de esas opciones ya están predeterminadas, en el aspecto de que tienes un repertorio de elección en base a muchas cosas que te han sucedido anteriormente (historia de aprendizaje), el contexto en el que te mueves e incluso tus genes. Es por eso que los que nos consideramos conductistas decimos que nuestra conducta está determinada y que no existe el libre albedrío. Por ejemplo, tu puedes decidir beber o no beber, pero tu decisión va a estar SIEMPRE influenciada por: las experiencias previas con el alcohol (ejemplo de la influencia de la historia de aprendizaje), la presencia o ausencia de la presión social por beber (ejemplo de la influencia del contexto social) o una mayor predisposición genética al consumo de alcohol (ejemplo de la influencia de la genética).



Un par de Tweets más y me pongo a estudiar (Mentira)


Hablemos de otro claro ejemplo: el mal uso que muchas veces hacemos de las redes sociales. ¿Por qué crees que te pasas el día en Twitter o en TikTok? ¿Te gustaría estar menos tiempo en las redes sociales y aprovechar ese tiempo para otras cosas? Probablemente la respuesta a la primera pregunta sea "porque quiero". Puede que alguna persona más enterada diga que lo usa mucho porque "es adictiva". La respuesta a la segunda pregunta, en una gran parte de los casos, posiblemente sería que "sí". ¿No es paradójico? Si realmente fuésemos libres, ¿no deberíamos de ser capaces de dejar de lado una red social cuando quisiéramos? ¿Qué está pasando aquí? Spoiler: La culpa es de los psicólogos.


La realidad es que los desarrolladores de plataformas digitales, muchas veces utilizan el trabajo de psicólogos o directamente los contratan para lograr una plataforma que sea lo más adictiva posible. Y muchas veces lo consiguen. Ejemplos de ello, podrían ser plataformas como: Instagram, Twitter, Youtube, TikTok, Netflix... Ahora, ¿Cuáles son las estrategias que emplean para engancharnos a sus plataformas? Voy a presentarte algunas de ellas.


Lo primero que es necesario entender, es que las redes sociales parecen ser tan

adictivas debido a un fenómeno denominado como la “economía de la atención'' (Simon, 1971). Este concepto, describe la oferta y la demanda en relación a la atención de una persona, que es realmente la mercancía que ahora se consume en Internet; es decir, cuanto más tiempo pases en una red social, más espacios publicitarios llenarán las grandes empresas y recopilaran más datos acerca del usuario. Se podría decir que es una guerra entre las grandes empresas que desarrollan estas tecnologías para dominar nuestra atención.


Pero, ¿Cómo compiten por nuestra atención? Pues, principalmente mediante el uso de un sistema de recompensas variable propuesto por Skinner en la década de los 50; esto es, un sistema en el que “las respuestas se refuerzan tras haber transcurrido un intervalo de tiempo variable desde la administración del reforzador previo (o desde el inicio del programa de reforzamiento)” (Domjan M., 1982).


En cristiano: lo que te engancha a una red social es que están llenas de reforzadores muy importantes para nosotros. Reforzadores que nos hacen sentirnos más interesantes, más queridos o más importantes como son los likes, los retweets, los comentarios o las suscripciones. Pero, la clave no está en ese punto. La clave es que, nunca sabes cuando van a llegar esos reforzadores. Un ejemplo claro para que me entendáis: nunca sabes si en la siguiente Storie que subas a Instagram, te responderá tu crush o seguirá sudando de ti.




Ahora bien, hay otros muchos otros mecanismos que utilizan para mantenernos enganchados. Otro de los más importantes, es el sesgo de confirmación, que es la tendencia que todos los seres humanos tenemos a preferir aquella información que refuerce nuestras ideas previas y rechazar toda aquella información que contradiga nuestras creencias o ideas previas (Nickerson, 1998); es decir, cuanto más cosas que nos agraden, encajen con nuestras ideas previas y no nos produzcan incomodidad directa veamos en redes sociales e internet, más

fácil es que nos quedemos en esa red social o app. Y eso los diseñadores de las plataformas digitales, lo saben.


Conclusiones

  1. Depende de como entendamos el término <<libertad>>, podríamos decir que somos libres. Sin embargo, no somos tan libres como gran parte de la gente se piensa.

  2. Recuerda que un algoritmo de una red social, puede mantenerte en una red social durante horas sin que apenas te des cuenta. No eres tan listo como te piensas.

  3. Nunca os descarguéis Twitter

  4. Id a votar el domingo


Referencias


Domjan, M. (1982). Principios de aprendizaje y conducta. Wadsworth Cengage Learning.


H. A. Simon (1971). “Designing Organizations for an Information-Rich World,” in Martin Greenberger, Computers, Communication, and the Public Interest, Baltimore, MD: The Johns Hopkins Press, pp. 40–41.


Libet, B., Gleason, C. A., Wright, E. W., & Pearl, D. K. (1983). Time of conscious intention to act in relation to onset of cerebral activity (readiness-potential). The unconscious initiation of a freely voluntary act. Brain: a journal of neurology, 106 (Pt 3), 623–642. https://doi.org/10.1093/brain/106.3.623


Nickerson, R. S. (1998). Confirmation bias: A ubiquitous phenomenon in many guises. Review of general psychology, 2(2), 175-220. https://pages.ucsd.edu/~mckenzie/nickersonConfirmationBias.pdf



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